Como sabéis los más fieles amigos de este blog, siempre doy agua mineral a mis gatas y gatos. El agua del grifo, si no me parece apta para mí, tampoco tiene porqué parecérmelo para mi queridos amigos. Pero, últimamente, he notado algo muy preocupante con el agua que llaman potable, pero que dudo mucho que lo sea: después de lavarme los dientes, incluso me picaban la lengua y las encías. Por eso, ahora, después de lavar sus recipientes del agua, hasta seco el vasito con un paño seco y limpio para que no quede ningún resto del agua del grifo. No me fío.
Cuidado con el agua.
Si tu gato ha bebido agua del grifo últimamente (y esto incluye también alguno de los productos envasados para gatos que contenga agua) lo notas lengueteando, salivando, y/o observas que vomita, que son signo de envenenamiento, un remedio para que pierda ese mal, es realizar un preparado a base de orégano natural.
Pon a remojo 3 cucharadas grandes de orégano en unos 80 ml de agua y remueve. Déjalo reposar al menos 7 u 8 horas, y luego lo cuelas. Al principio solo hay que darle unas gotitas. Yo mojo una gasita o apósito esterilizado de los que venden en la farmacia en el preparado y se la acerco a la boca por un lado con delicadeza. Con una vez debería bastar, hasta acudir al veterinario.
Si eres de las que les cocinan sus propios alimentos y vísceras para sus gat@s, te sugiero que lo cuezas también con agua embotellada.
Nota: es bueno dejar un par de minutos el orégano en agua mineral y luego colarlo y tirar este agua, para que pierda impurezas antes de comenzar la receta.
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