viernes, 12 de junio de 2015

No quiero un "amo", quiero un "papi"

Si hay algo que me chirría profundamente es la actitud de algunos dueños de gatos, y ojo, he dicho dueños, no mamis ni papis de gatos, son simples dueños porque su actitudes amando a ese animal dejan mucho que desear, es cuando veo que lo consideran parte del mobiliario, y tienen un lugarcito reducido para él, para que no moleste. Me refiero a gente que encierra a sus animales en reducidos habítaculos, tétricos y mal ventilados garages, terrazas minúsculas, y todo porque sus aburguesadas almas dan más importancia a la escultura importada del Africa tribal que a un ser vivo con sentimientos y alma... Hace poco un amigo se enteró de que su pareja, de la cual se había separado, tenía al gato que tenían juntos encerrado en el garage, y por supuesto que en cuanto pudo fue a buscarlo y se se lo llevó a vivir con él. El otro (que, para más inri, es veterinario), claro, estuvo encantado. De verdad que no me extraña que tantos y tantos de nuestros pequeños amigos acaben por escaparse... Pero digo, yo, para qué buscar un animal que luego solo es un estorbo y al que vais a linchar con la zapatilla si entra a vuestro "impuluto y burguesito cuarto", tan adocenado y feo como vuestra alma. Un animal no es una persona, pero hay personas que tampoco llegan a ser animales. Mis animales os dan cien patadas en humanidad, y también en sentido común, pues estáis despreciando a estos maravillosos seres, que no solo nos dan compañía, sino también salud a cajas llenas... Ya bastante es que ciertos animales tengan la desgracia de tener que vivir en un piso, lejos de la naturaleza, pero meterlos en el "cuartito oscuro" e incluso maltratarlos si se suben a la supercolchita, es de verguenza... En este país especialista en vulnerar derechos de animales, en hacinarlos, en esconderlos, en mantenerlos en estrechas mazmorras, con las ideas de la mayoría por escudo. Sé que es difícil ser uno mismo, pero lo que tengo claro es que delante de mí no se maltrata a un animal, eso seguro , porque reducir al mínimo los movimientos de la mascota es maltrato puro y duro. ¿O te gustaría a ti que te encarcelará una raza superior invasora que te considerara su monísima pero en ocasiones molesta mascota? ... No os quedéis callados si veis este tipo de situaciones, declarar abiertamente vuestro disgusto; sirve algo como: ¿para qué quieres mascota?; para tenerla encerrada, mejor regalala a un verdadero amante de los gatos... Algo claro y directo. Es dificil remecer ciertas apagadas conciencias, ciertos negros corazones, pero por lo menos que no queden de buenitos, que se queden como merecen: de absurda gentecilla mediocre.
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