jueves, 12 de septiembre de 2013

Relatos de miedo

Hace poco, una buena amiga me comentaba de la manía que allí en Mallorca les tienen los ecologistas y cazadores a los gatos. Por supuesto, la cosa no es solo en Mallorca, sucede por todas partes. Es rara la casa en que alguno de los miembros no le tiene ojeriza a los gatos. Siempre me he preguntado el porqué de esta manía que muchos le tienen a estos animalitos tan maravillosos. No se trata de que no les gusten los gatos: no, directamente les odian. Una amiga de una asociación de mi ciudad me contó que una vez un tipo la vio ayudando a unos cachorros que habían nacido en el parterre de un jardín público. El hominido comenzó a gritarla que no tenía que ayudarlos, porque los cachorros le habían dejado el capó del coche lleno de huellas. Menudo imbécil integral: "pobrecito coche, que se la había llenado de huellas, los gatos mejor muertitos". Lo que él no se esperaba era la respuesta de mi amiga, ja ja. La gente mediocre se piensa que porque ayudas a gatos debes por fuerza que ser apocada o directamente medio lela, pero mi amiga tiene un carácter de mil demonios...Lo puso en su sitio. Pero bueno, a lo que voy, ¿por qué estos animales tienen tantos enemigos? Los antiguos egipcios, pueblo sabio, los veneraba como a los guardianes del Inframundo. Sabían que el mundo de los muertos podía ser percibido por los gatos, pues poseen un especial sexto sentido, con sus ojos niptálopes, en cuya esfera se reflejan todas las fases lunares. Además de que estos mantenían alejados a los malos, eran protectores. Cuando un gato moría en un hogar, el dueño de la casa se hacía rapar la cabeza y pasaban nada menos que un año de luto. Y, por supuesto, los faraones se hacían enterrar rodeados de gatos y si alguien osaba matar un gato, le recaía pena capital. Ni siquiera el faraón podia indultar esta pena. Los Celtas decían que los ojos de los gatos eran puertas al Más allá. He comprobado que por lo general, la gente de mal talante parece ponerse nerviosa al lado de un gato, lo podéis comprobar: siempre quieren sacarlos de su cercanía. Creo que en nuestros queridos amigos existe una cualidad especial, algo mágico, arcano, prístino, algo que solo los muy sensitivos o intuitivos percibimos, pero que existe. Seguro que no es casualidad que en la obra El Jardín de las delicias del Bosco, aparezca un gato en la parte reservada al infierno. Puede que sea su pureza lo que molesta a los desalmados. Me di cuenta que los gatos tienen un sexto sentido con algo que me ocurrio hace años. En mi época de estudiante, una noche estaba en el esritorio frente a mi ventana con la luz del flexo encendida. Mi viejo gato estaba sobre la mesa con la mirada dirigida hacia mi espalda. Estábamos solos en la estancia. El gato dormitaba, pero de repente levantó la cabeza y miró algo que él debía ver detrás de mí. Yo miré hacia atrás y no vi nada, solo oscuridad, pero , al volverme, reflejado en el cristal de la ventana, sí que se veía algo asombroso, que me dejó estupefacta. Para qué terminar de contar algo que probablemente pocos creáis... También es maravillosa la historia de Oscar el gato del la residencia de ancianos de Rodhe Island, que predecía la muerte de los internos con horas de adelanto. Se sentaba junto al residente y ya podían darse prisa los facultativos en llamar a los familiares porque el anciano expiraba en un par de horas. Y es que el gato es psicopompo, un animal que acompaña en el tránsito con el otro lado. En fin, me encantaría vivir en un mundo donde los gatos fuesen queridos y aceptados. Que pudiesen acompañarnos a restaurantes, tiendas, hoteles... sin problemas. Les robamos sus habitats, ya no caminan sobre hierba fresca sino sobre duro cemento, y encima(la idiota normativa de los ayuntamientos) se nos prohibe dejarles un poco de comida en la calle. Me encantaría vivir en un mundo donde no tienes que enterarte de que unos desalmados llevan perros de presa a perseguir gatos en un parque. O, por lo menos, enterarme que existe justicia para estos gatos, que a esos desalmados se les da su merecido: un castigo ejemplar; que a quien dañase a los gatos, se les diese pena de cárcel. Me encantaría vivir en un mundo donde los gatos fuesen respetados, admirados, queridos, casi como vacas sagradas de la India, porque se lo merecen. Y a nadie se le ocurriría tirar petardos habiendo gatos cerca, y todos los alimentarían y ayudarían. Por fortuna, y a pesar de cómo anda el patio en esta sociedad sin demasiados buenos valores, siempre hay un alma buena que les pone un buen plato de comidita con que llenar el estómago. Ellos, como nosotros, seguro que tienen sus angelitos que los protegen. En fin, siempre sé si una persona merece o no la pena por el tratamiento que les da a nuestros queridos amigos.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...